A un mes de la visita del Papa, continúa la “pesadilla de la guerra”

  • On 31 de mayo de 2022

OMPRESS-REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO (31-05-22) El Papa Francisco llegará al Congo el 2 de julio. No muy lejos de uno los lugares que visitará, en los territorios de Rutshuru y Nyiragongo en el norte del país, más de 50.000 personas han tenido que abandonar sus hogares por la violencia. Los obispos piden que acabe la pesadilla.

Han sido casi 40.000 personas las que han tenido que abandonar sus hogares por los enfrentamientos entre el ejército y los combatientes del M23 en Rutshuru, a escasos 10 kilómetros de la frontera con Uganda. Lo mismo han tenido que hacer otras 11.000 personas en Nyiragongo, más al sur. Un enfrentamiento más en la larga lista que lleva, con más o menos intensidad, sufriendo la República Democrática del Congo en los últimos sesenta años, y en el que, como siempre, son los débiles e indefensos quienes sufren más.

La Conferencia Episcopal Nacional del Congo (CENCO) en un comunicado lamentaba “el deterioro de la situación de seguridad en la provincia de Kivu del Norte, en particular en los territorios de Rutshuru y Nyiragongo, tras la intensificación de los combates entre las FARDC y los rebeldes del M23 que están causando tantas pérdidas de vidas humanas en ambos lados”. Expresan su sorpresa porque, hace pocas semanas, los jefes de Estado de los países que rodean los Grandes Lagos, se reunieron en Nairobi para instaurar la paz en el Este de la República Democrática del Congo, sin que se hayan visto resultados.

“El pueblo congoleño, que ha sufrido demasiado y cuyas lágrimas no dejan de brotar por los conflictos de intereses partidistas, se está movilizando para acoger el próximo mes de julio al Santo Padre, el Papa Francisco, que llega como pacificador y apóstol de la reconciliación. No es justo ni honorable intentar impedir que este pueblo tenga este momento de felicidad que será fuente de bendición para nuestro país”, añaden. “La pesadilla de la guerra ha durado demasiado”, por lo que piden que se ponga fin a la lucha armada: “Las armas nunca han sido una solución eficaz a las reivindicaciones, ni siquiera a las políticas”.

 

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