Reconocidas las virtudes heroicas de Bernardo Sartori, el misionero que falleció rezando

  • On 15 de diciembre de 2021

OMPRESS-ROMA (15-12-21) El Papa Francisco autorizaba este lunes la promulgación de varios decretos relativos a las causas de varios siervos de Dios, entre ellos el relativo a las virtudes heroicas del Siervo de Dios Bernardo Sartori, Misionero Comboniano, fallecido en Uganda.

La vida del padre Bernardo estuvo marcada por la misión. Nació el 20 de mayo de 1897 en Falzé di Trevignano, Italia. A pesar de ser seminarista de su diócesis natal fue llamado a filas en 1917, en plena Primera Guerra Mundial, junto a todos sus compañeros. Fue durante esta época de gran sufrimiento cuando sintió su vocación misionera y, a mitad de sus estudios teológicos en el seminario, pidió ingresar en el noviciado de los Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús, en 1921. Ordenado sacerdote en 1923 fue se trasladó a la Apuglia, en el sureste de Italia, para fundar un seminario misionero en Troya.

En 1934 se cumplía su sueño de partir a la misión ad gentes, llegando el 5 de noviembre de aquel año a Arua, en Uganda, en el Nilo occidental. Aquí vivirá casi cincuenta años de labor misionera, incansable y entregado, y siempre compartiendo la vida y los sufrimientos del que ya sería su pueblo: la Segunda Guerra Mundial con el fin del colonialismo y las tensiones por la independencia; los sufrimientos de todos con la dictadura militar de Idi Amin Dada; en los últimos años la terrible experiencia de la guerra civil con la caída de la dictadura.

El padre Sartori siguió a su pueblo hasta el entonces Zaire, la actual República Democrática del Congo, convirtiéndose en un refugiado entre los refugiados. Fueron innumerables las obras realizadas, las misiones y comunidades fundadas, las instituciones de desarrollo social de la población. Un hombre de Dios, se mantuvo como punto de referencia para todos, una certeza para la población trastornada en ocasiones por la desgracia y los sufrimientos. Después de una breve estancia en Italia, en 1982, a la edad de 85 años volvió de nuevo a África, para estar cerca de su pueblo. Incansable en el trabajo apostólico y ayudando a otros, murió el 3 de abril de 1983, día de Pascua, en Ombaci, Uganda. Se le encontró sin vida, de rodillas ante el sagrario.

 

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