Intención de oración del Papa en julio: la amistad social

  • On 1 de julio de 2021

OMPRESS-ROMA (1-07-21) “Recemos para que, en situaciones sociales, económicas y políticas conflictivas, seamos arquitectos de diálogo y de amistad, valientes y apasionados”, es la intención de oración del Papa Francisco para este mes de julio.

En el vídeo, en el que explica la intención, el Pontífice recuerda que la Biblia dice que quien “encuentra un amigo encuentra un tesoro. Me gustaría proponer a todos ir más allá de los grupos de amigos y construir la amistad social tan necesaria para la buena convivencia. Reencontrarnos especialmente con los más pobres y vulnerables. Los que están en las periferias. Alejarnos de los populismos que explotan la angustia del pueblo sin dar soluciones proponiendo una mística que no resuelve nada. Huir de la enemistad social que solo destruye y salir de la ‘polarización’. Y esto no siempre es fácil, especialmente hoy cuando una parte de la política, la sociedad y los medios se empeñan en crear enemigos para derrotarlos en un juego de poder. El diálogo es el camino para mirar la realidad de una manera nueva, para vivir con pasión los desafíos de la construcción del bien común. Recemos para que, en situaciones sociales, económicas, políticas, conflictivas seamos arquitectos de diálogo, arquitectos de amistad, valientes y apasionados, hombres y mujeres que siempre tiendan la mano y que no queden espacios de enemistad y de guerra”.

Desde la Red Mundial de Oración del Papa, señalaban que, aunque a nivel general el número de muertes en guerras ha ido disminuyendo desde la Segunda Guerra Mundial, los conflictos y la violencia a nivel social siguen más vigentes que nunca. En su última encíclica, Fratelli tutti, el Papa dedicaba el capítulo sexto al “Diálogo y amistad social”, en el que hace todo un desarrollo del “encuentro hecho cultura”, del “gusto de reconocer al otro”, y del “recuperar la amabilidad”, actitudes que deben basarse en verdades objetivas como la dignidad inviolable de cada ser humano. Y es que, decía en aquella encíclica el papa Francisco, “nuestra sociedad gana cuando cada persona, cada grupo social, se siente verdaderamente de casa”.

 

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