Fondo Emergencia Coronavirus: más envíos de ayuda a los territorios de misión
- On 15 de julio de 2020
OMPRESS-MADRID (15-07-20) Esta semana desde España saldrán otros 15.000 euros esta vez con destino a Zimbabue, sumando la aportación de los católicos españoles a la de todos los que en el mundo están respondiendo a la llamada del Papa Francisco. Sí, fue el Martes Santo cuando el Santo Padre creaba, el Fondo de Emergencia para los territorios de misión con motivo de la pandemia, a través de Obras Misionales Pontificias, el instrumento de la Santa Sede para sostener a las Iglesias jóvenes de todo el mundo. Se comenzó a recibir donativos que están llegando, gracias a la capilaridad de las Obras Misionales Pontificias, a los 1.115 territorios de misión, a la labor de los misioneros y a las parroquias y comunidades de estos territorios.
La suma que envía España esta semana va destinada a seis diócesis de Zimbabue, uno de los países más empobrecidos de la tierra, donde el 83% de la población apenas gana un dólar al día. Las diócesis de Bulawayo, Harare, Chinhoyi, Gweru, Masvingo y Mutare dedicarán este dinero a alimentos y necesidades urgentes creadas por la pandemia. Oficialmente sólo ha habido 1.064 afectados por el coronavirus en este país del sur de África, pero también es cierto que el número de pruebas realizadas ha sido escaso. Aún así las medidas decretadas, el aislamiento internacional provocado por el coronavirus y la falta de ayudas internacionales al aumentar las necesidades en todo el mundo están llevando a la población al límite.
Las ayudas del Fondo de Emergencia siguen la dinámica que caracteriza a todos los donativos y subsidios que envían las Obras Misionales Pontificias a los territorios de misión. Toda la Iglesia ayuda a toda la Iglesia. Esto quiere decir que las sumas recaudadas en la India, Estados Unidos o Francia conforman un Fondo Universal de Solidaridad, y los envíos de estos países se mezclan en el destino, de manera que el óbolo de la viuda sirve tanto como la riqueza de José de Arimatea. Es la preocupación “universal” de todo católico por la evangelización “en todo el mundo”.