Alegría en la Iglesia brasileña por la canonización del “ángel bueno de Bahía”

  • On 4 de julio de 2019

OMPRESS-BRASIL (4-07-19) La hermana Dulce, el ángel bueno de Bahía, será elevada a los altares el 13 de octubre, en una celebración presidida por el Papa Francisco, en Roma, coincidiendo con el Sínodo para la Amazonía y la celebración del Mes Misionero Extraordinario. Tras el anuncio hecho en Roma, en la ciudad de Salvador, innumerables fieles se unieron a los periodistas durante una rueda de prensa, celebrada en el Santuario de la Inmaculada Concepción de la Madre de Dios y presidida por Mons. Murilo Krieger, Arzobispo de Salvador y Primado de Brasil.

La hermana Dulce será la primera santa nacida en Brasil, el país con el mayor número de católicos del mundo. Conocida como la Madre Teresa brasileña o el Ángel bueno, nació el 26 de mayo de 1914 en Salvador, capital del estado de Bahía. Su nombre de bautismo fue María Rita Lopes Pontes y profesó votos en la Congregación de las Hermanas Misioneras de la Inmaculada Concepción de la Madre de Dios. La religiosa dedicó su vida al servicio de los más necesitados y desarrolló una gran obra social, fundando hospitales y una red de apoyo a los más necesitados que dirigió hasta su muerte, el 13 de marzo de 1992, a los 77 años. En 1991, recibió la visita del Papa Juan Pablo II.

El Papa Benedicto XVI señaló, en la ceremonia de su beatificación, que la hermana Dulce Lopes Pontes “dejó tras de sí un prodigioso rastro de caridad al servicio de los últimos, llevando a Brasil a ver en ella a la madre de los desamparados”.

Según Mons. Murilo, esta canonización se convierte en un compromiso para que todos imiten sus gestos y busquen la santidad. “La hermana Dulce vino a decirnos que cada época tiene sus santos, pero en una cosa todos los santos son semejantes: en el amor a Dios y en el amor y la dedicación al prójimo, especialmente a los más queridos por Jesús, los más pequeños. Agradecemos este gesto del Papa. La hermana Dulce dejó tras de sí una labor que hay que continuar”, señaló.

El maestro José Maurício Bragança Moreira quien recibió a través de la intercesión de la hermana Dulce la gracia de curarse de un glaucoma, participó también en la conferencia de prensa. Es músico y director de orquesta, casado y nacido en la misma ciudad de Salvador. Tiene 50 años, es hijo de Ernesto Lula Moreira y Therezinha Bragança Moreira, fallecidos, también de Bahía y amantes de la música como él. Emocionado, contó cómo sucedió el milagro de su curación el 10 de diciembre de 2014. Dirigió una petición a la hermana Dulce para que le aliviara el constante dolor que sufría: “Escuché a los médicos que nunca volvería a ver porque la visión perdida del nervio óptico no se recupera. Yo nunca pedí volver a ver, porque era consciente de que era imposible. Lo que la hermana Dulce me dio fue mucho más que la cura de la conjuntivitis o el alivio del dolor. Ella contestó mi oración. Es una gratitud infinita, porque nunca imaginé que esto fuera a ocurrir en mi vida”, explicó José Maurício.

La archidiócesis de San Salvador ha creado una comisión para preparar una gran celebración el 20 de octubre. Además los preparativos para la primera misa que se celebrará en Brasil en honor a Santa Dulce dos Pobres ya han comenzado. Cerca de 500 niños del Centro Educativo Santo Antônio ya están ensayando un musical que cuenta la historia de los 60 años de las Obras Sociales de esta religiosa.

 

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