La Iglesia italiana se prepara al Mes Misionero Extraordinario con la peregrinación a Loreto

La Iglesia italiana se prepara al Mes Misionero Extraordinario con la peregrinación a Loreto

  • On 27 de mayo de 2019

OMPRESS-LORETO (27-05-19) Desde 1978, año de la elección como Papa de Juan Pablo II, se celebra en junio la tradicional peregrinación desde Macerata hasta el Santuario de Loreto. Son 28 kilómetros de una marcha nocturna a través del hermoso paisaje de Las Marcas, y que este año tendrá lugar el sábado 8 de junio, con una intención especial, como una preparación al Mes Misionero Extraordinario de este octubre 2019, convocado por el Papa Francisco.

La peregrinación, que reúne a 70.000 jóvenes, comenzó con sólo 300, como un gesto de agradecimiento a la Virgen, en su casa de Loreto, al final del año escolar. Tras rezar el rosario en el camino, los peregrinos llegan a la plaza de la Basílica en Loreto, donde recitan el acto de consagración a la Virgen y reciben la bendición.

“La peregrinación mariana es ante todo un movimiento de fe”, explicaba el padre Fabrizio Meroni, secretario general de la Pontificia Unión Misional, una de las cuatro Obras Misionales, un movimiento “animado por la presencia materna y apoyado por el ejemplo de la misión de María en medio de la humanidad”.

La celebración del centenario del Maximum illud, una importante carta apostólica sobre la misión de la Iglesia del Papa Benedicto XV, en 1919, explicaba el padre Meroni en una entrevista con motivo de la peregrinación, convenció al Papa Francisco de la oportunidad providencial de orar, reflexionar y testimoniar juntos para que la Iglesia se sienta cada vez más en estado de misión en el mundo: “los santos de la fe, los mártires de la misión, los testigos son nuestros compañeros de viaje y nuestros intercesores para la misión”.

Al final de la peregrinación, en Loreto, Mons. Giovanni Pietro Dal Toso, secretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y presidente de las OMP, confiará el mandato misionero a todos los peregrinos, junto con un crucifijo, haciéndolos así discípulos misioneros del Papa.

 

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