La primera monja católica incinerada en la India

La primera monja católica incinerada en la India

  • On 8 de julio de 2020

OMPRESS-INDIA (8-07-20) La hermana Ajaya Mary, fallecida por coronavirus, fue incinerada y sus cenizas enterradas en el cementerio de su congregación en el estado indio de Kerala, en contra de la costumbre inveterada de los cristianos en la India de no someter los cuerpos a cremación. Aunque varias diócesis de la India llevan años animando a los fieles a que opten por la incineración – dado el escaso espacio en los cementerios –, los fieles no han sido partidarios de esta práctica, considerada una forma hindú de tratar los cuerpos.

La hermana Mary, superiora provincial de Delhi de las Hermanas Franciscanas del Inmaculado Corazón de María, falleció el 2 de julio en el Hospital Holy Family de Delhi, a la edad de 67 años, según informaba UCA News, y cinco días después, ayer, 7 de julio se enterraban sus cenizas tras la incineración. El obispo de Quilon, Mons. Paul Mullassery celebró una misa de réquiem con unas 20 personas en estricto cumplimiento de los protocolos Covid-19, y acompañó los restos mortales de la religiosa al mausoleo de esta congregación religiosa nacida en la India.

Las autoridades administrativas de Delhi no permitieron que su cuerpo se transportara hasta Kerala, en el extremo sur de la India, a casi 3.000 kilómetros de distancia, y tampoco podía ser enterrado en los apretados cementerios cristianos de la ciudad debido a los protocolos establecidos por la administración. Así que los funcionarios procedieron a la incineración. Fuentes de la Iglesia señalaron a UCA News, que la hermana Mary puede ser la primera monja católica en ser incinerada en la India. La hermana Gaily Mary, una de las dos religiosas que asistieron a su cremación expresó su tristeza por las circunstancias de la muerte: “Ninguno de los miembros de su familia, amigos y conocidos pudo encontrarse con ella y rezar juntos antes de morir”. La hermana Mary “dedicó sus vida a los pobres y necesitados. Tenía muchos amigos, pero no hubo nadie a su lado”. Esto le permitió a ella y a las hermanas “compartir el dolor de tanta gente”, que ha pasado por lo mismo.

 

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