OMPRESS-PAMPLONA (6-07-22) La Delegación de Misiones de la archidiócesis de Pamplona y Tudela comparte el testimonio de Iñaqui Rey Bacaicoa que, tras una experiencia de voluntariado ha decidido volver y quedarse como misionero. Desde la delegación lo cuentan con sencillez, les visitó hace unos días. Iñaqui se había marchado a Ecuador para vivir una experiencia de voluntariado misionero durante tres meses. Al saludo “¡Cuánto nos encanta volver a verte!”, Iñaqui ha respondido: “Ya… pues no será por mucho tiempo pues me marcho. Me marcho para quedarme allí como misionero, para siempre”.

Iñaqui ha estado, durante tres meses, en una parroquia de Cojimíes de Manabí, en Ecuador. Se le había encomendado la tarea, junto a un grupo de voluntarios, de poner en marcha la Caritas parroquial. Cosa que se tomó muy en serio. Se nota, sobre todo, por la pasión y entusiasmo con la que habla de todo aquel proceso, cuentan desde Pamplona.

Según contaba, ahora ese pequeño grupo ha crecido y está formado por 15 voluntarios que se mueven según tres grandes objetivos. Por un lado hacer de Cojimíes una sociedad más solidaria y más fraterna, por otro, detectar, coordinar, intervenir y acompañar situaciones de necesidad, ya sean individuales o colectivas, y, por último, generar redes sociales para que todos se comprometan en la mejora de las condiciones sociales de todos sus conciudadanos.

Durante estos días por Pamplona ha conseguido libros, coordinado con los Traperos de Emaús, para montar allá una pequeña biblioteca. Además, según cuenta, la parroquia está preparada para acoger a jóvenes y no tan jóvenes que quieran vivir una experiencia de voluntariado. Una invitación en toda regla.