Desde el Vicariato Apostólico de Nepal

Desde el Vicariato Apostólico de Nepal

  • On 7 de marzo de 2023

OMPRESS-NEPAL (7-03-23) La Misión de Navodaya fue fundada para brindar educación y capacitación a los niños de las minorías tribales Chepang en Nepal, niños que carecen de oportunidades debido a la ubicación remota de sus asentamientos. Los Chepang se expresan en nepalí pero tienen su propio idioma y hasta hace relativamente poco eran nómadas.

Tanto la escuela secundaria como el albergue Navodaya se establecieron con el propósito de dar educación y apoyo a los niños de esta comunidad indígena. Con una población de 68.400 personas, este grupo es considerado por el mismo gobierno nepalí como “el más marginado” y está presente en 4 de los 7 distritos del país. Viven en alturas y bosques remotos y, por esta razón, no cuentan con instalaciones educativas. Esto hace que tengan una tasa de alfabetización de solo el 33% y, en el caso de las mujeres apenas del 1%. Además como no hay escuelas de secundaria en ninguna de las aldeas Chepang, la tasa de abandono escolar después de la educación primaria es del 70%. Si quieren seguir con sus estudios tendrían que salir de Chepang. Fue por todo esto por lo que la Congregación “Pequeña Flor” fundó, en 2005, la escuela y el albergue de Chepang.

La Congregación “Pequeña Flor” es de fundación india y, por supuesto, está dedicada a Santa Teresa del Niño Jesús, patrona de las misiones, que decía: “Me ofrecía a Jesús para ser su florecita…”. Esta entrega la han plasmado en esta misión de Navodaya, por lo que tanto la educación como el albergue son gratuitos. Todos los niños que asisten a la escuela se quedan en el albergue, ya que sus hogares están ubicados en colinas remotas. La misión proporciona material escolar, ropa, alimentos, medicinas y alojamiento de forma gratuita, puesto que las familias apenas pueden pagar algunas cuotas.

Además de brindarles educación y alimentarlos, a los niños también se les ayuda a aprender acerca de Jesús y a experimentar el amor de Dios por sus vidas. Unos 50 ó 60 niños participan todos los días de la Santa Misa, aunque no sea obligatoria. Todos los días, por la mañana y por la tarde, se ayuda a los niños a orar durante 30 minutos, con himnos, intercesiones y con la oración universal por la paz.

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