Declaración de los obispos de Estados Unidos ante el fin de la “ley” del aborto

Declaración de los obispos de Estados Unidos ante el fin de la “ley” del aborto

  • On 27 de junio de 2022

OMPRESS-ESTADOS UNIDOS (27-06-22) Desde 1973 la sentencia de Roe contra Wade legalizó el aborto en Estados Unidos. El Tribunal Supremo de Estados Unidos acaba de dictaminar que dicha sentencia y su aplicación violan la constitución estadounidense al negarles “a los ciudadanos de cada Estado regular o prohibir el aborto”. Mons. José H. Gómez, arzobispo de Los Ángeles y presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, y Mons. William E. Lori, arzobispo de Baltimore y presidente del Comité de Actividades Pro-Vida, han emitido la siguiente declaración en nombre de los obispos de Estados Unidos:

“Este es un día histórico en la vida de nuestro país, que conmueve nuestros pensamientos, emociones y oraciones. Durante casi cincuenta años, Estados Unidos ha impuesto una ley injusta que ha permitido que algunos decidan si otros pueden vivir o morir; esta política ha dado como resultado la muerte de decenas de millones de niños no nacidos, generaciones a las que se les negó el derecho incluso a nacer.

América se fundó sobre la verdad de que todos los hombres y mujeres son creados iguales, con derechos otorgados por Dios a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Esta verdad fue gravemente negada por el fallo Roe vs. Wade de la Corte Suprema de los Estados Unidos, que legalizó y normalizó la eliminación de vidas humanas inocentes. Damos gracias a Dios hoy que la Corte ha anulado esta sentencia. Oramos para que nuestros funcionarios electos promulguen ahora leyes y políticas que promuevan y protejan a los más vulnerables entre nosotros.

Nuestros primeros pensamientos están con los pequeños cuyas vidas han sido arrebatadas desde 1973. Lamentamos su pérdida y encomendamos sus almas a Dios, que los amó desde antes de todos los tiempos y los amará por toda la eternidad. Nuestros corazones también están con cada mujer y hombre que ha sufrido gravemente por el aborto; rezamos por su curación y prometemos nuestra compasión y apoyo continuos. Como Iglesia, debemos servir a quienes enfrentan embarazos difíciles y rodearlos de amor.

La decisión de hoy también es el fruto de las oraciones, los sacrificios y la defensa de innumerables estadounidenses comunes en todos los ámbitos de la vida. Durante estos largos años, millones de nuestros conciudadanos han trabajado juntos pacíficamente para educar y persuadir a sus vecinos sobre la injusticia del aborto, para ofrecer atención y asesoramiento a las mujeres y para trabajar por alternativas al aborto, incluida la adopción, la acogida temporal y políticas públicas que de verdad apoyen a las familias. Compartimos hoy su alegría y les estamos agradecidos. Su trabajo por la causa de la vida refleja todo lo que es bueno en nuestra democracia, y el movimiento pro-vida merece ser contado entre los grandes movimientos por el cambio social y los derechos civiles en la historia de nuestra nación.

Ahora es el momento de comenzar el trabajo de construir una América ‘posterior a Roe’. Es un tiempo para sanar heridas y reparar divisiones sociales; es un momento de reflexión razonada y diálogo civil, y de unirnos para construir una sociedad y una economía que apoyen el matrimonio y la familia, y donde cada mujer tenga el apoyo y los recursos que necesita para traer a su hijo a este mundo en amor.

Como líderes religiosos, nos comprometemos a continuar nuestro servicio al gran plan de amor de Dios para la persona humana, y a trabajar con nuestros conciudadanos para cumplir la promesa de Estados Unidos de garantizar el derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de felicidad para todas las personas”.

 

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