Agradecimiento al Domund de quienes están en la vanguardia de la misión

Agradecimiento al Domund de quienes están en la vanguardia de la misión

  • On 27 de octubre de 2021

OMPRESS-KAZAJSTÁN (27-10-21) Mons. José Luis Mumbiela, el obispo misionero de la diócesis de la Santísima Trinidad en Almaty, Kazajstán, participó la semana pasada en la presentación del Domund en España. En una carta ha enviado su agradecimiento a las Obras Misionales Pontificias por ser cauce de las ayudas que su Iglesia recibe. Ha expresado este agradecimiento “en nombre de todos los miembros de la Conferencia Episcopal de Kazajstán”, de la que es presidente.

Daba las gracias al director nacional de las Obras Misionales Pontificias en España, José María Calderón, y a todo el equipo, porque “no sólo os dedicáis a ayudar a los ‘territorios de misión’, sino a todos en general, porque estáis creando los lazos necesarios para que todos juntos podamos entender mejor lo que significa ‘ser Iglesia-familia’”. Un gracias que sobre todo va dirigido “a todos aquellos que desde toda España han aportado muchos y generosos granitos de arena para hacernos llegar el subsidio tan necesario de cara a poder gestionar los gastos ordinarios”.

En la rueda de prensa de presentación del Domund, Mons. Mumbiela recordó que las ayudas de esta Obra Pontificia son “una parte importante del oxígeno diario que respiramos”. En su carta señalaba que “la participación en la rueda de prensa ha sido una ocasión especialmente providencial para consolidar nuestro afecto y gratitud por todo vuestro esfuerzo”. Y añadía que “cada día rezamos por nuestros benefactores, así que podéis estar seguros de que vuestros nombres están siendo escritos en el Cielo también con ‘caracteres ruso-cirílicos’”, haciendo mención al alfabeto que se usa en Kazajstán.

Concluye con un caluroso y fraterno abrazo, “en nombre de todos los fieles de estas tierras – que son, de hecho, los auténticos destinatarios del auxilio de vuestra colaboración”. Y a quienes trabajan en las Obras Misionales Pontificias les decía: “Desde la callada sede de vuestros despachos estáis promoviendo una revolución que no puede ser detenida… ni debe serlo”.

 

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