Agradecer el don de cada misionera y misionero

Agradecer el don de cada misionera y misionero

  • On 14 de octubre de 2021

OMPRESS-TARAZONA (14-10-21) Es a lo que anima a sus fieles, el obispo de Tarazona, Mons. Eusebio Hernández Sola, en la carta que le ha dirigido con motivo del Domund del próximo 24 de octubre, porque cada misionero es un don que Dios regala a su Iglesia.

“Celebramos la Jornada del DOMUND, nuestra cita misionera que, cada año en octubre, nos llama a que todos seamos misioneros. Como es habitual, cada año, el papa Francisco nos hace llegar su mensaje para la jornada mundial de las misiones: «No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído» (Hch 4, 20)

Comienza el Papa con estas sugerentes palabras: «Cuando experimentamos la fuerza del amor de Dios, cuando reconocemos su presencia de Padre en nuestra vida personal y comunitaria, no podemos dejar de anunciar y compartir lo que hemos visto y oído. La relación de Jesús con sus discípulos, su humanidad que se nos revela en el misterio de la encarnación, en su Evangelio y en su Pascua nos hacen ver hasta qué punto Dios ama nuestra humanidad y hace suyos nuestros gozos y sufrimientos, nuestros deseos y nuestras angustias. Todo en Cristo nos recuerda que el mundo en el que vivimos y su necesidad de redención no le es ajena y nos convoca también a sentirnos parte activa de esta misión: Salgan al cruce de los caminos e inviten a todos los que encuentren (Mt 22, 9). Nadie es ajeno, nadie puede sentirse extraño o lejano a este amor de compasión».

Como nos dice Francisco, un elemento fundamental de la vida de cada cristiano es sentirse testigo; dar testimonio de nuestra fe, de lo que somos: Hijos de Dios. Esto, lo podemos hacer en nuestro ambiente y en nuestra vida de cada día, pero hoy, se nos invita a abrir ese horizonte, a proyectarnos hacia el mundo entero, hasta los confines de la tierra.

Contemplamos hoy el testimonio de los misioneros y misioneras, y ese testimonio, como nos dice el Papa: «nos anima a ser valientes y a pedir con insistencia al dueño que envíe trabajadores para su cosecha (Lc 10, 2), porque somos conscientes de que la vocación a la misión no es algo del pasado o un recuerdo romántico de otros tiempos. Hoy, Jesús necesita corazones que sean capaces de vivir su vocación como una verdadera historia de amor, que les haga salir a las periferias del mundo y convertirse en mensajeros e instrumentos de compasión».

En este día agradecemos al Señor el don que nos hace con cada uno de los misioneros y misioneras que regala a su Iglesia. Nosotros los hacemos especialmente por aquellos que desde los distintos lugares de la diócesis supieron oír la llamada de Dios y salieron al encuentro de otros hermanos en otros lugares del mundo.

Agradezco a la Delegación de Misiones su trabajo a lo largo de todo el año y os invito a todos a la generosidad, en la colecta del Domund y también ofreciendo vuestra oración y sacrificios”.

 

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