Sagrarios vacíos y escuelas cerradas, para protestar por los secuestros

  • On 25 de noviembre de 2025

OMPRESS-CAMERÚN (25-11-25) Ante la multiplicación de secuestros de religiosos en la región anglófona de Camerún, el arzobispo de Bamenda, Mons. Andrew Nkea, ha lanzado un ultimátum sin precedentes. El enésimo secuestro de un sacerdote, el padre John Berinyuy Tatah, ha llevado al prelado camerunés a escribir una carta pastoral, el pasado día 23 con la amenaza de cerrar todas las instituciones católicas del decanato de Ndop si el sacerdote no es liberado antes del 26 de noviembre, mañana miércoles.

El sábado 15 de noviembre el sacerdote era secuestrado junto a su asistente, por un grupo de hombres armados, tras la misa de inauguración del Instituto Universitario Pax en Ndop. Los secuestradores, que se han presentado como combatientes separatista de “Ambazonia”, el supuesto Estado que reivindica la independencia de las zonas anglófonas de Camerún. Días después cuatro sacerdotes y un laico han intentado negociar la liberación de los secuestrados, pero han sido también ellos retenidos. El 20 han sido liberados todos menos el padre John Berinyuy Tatah, por el que se exige un rescate.

Ante esto, el arzobispo de Bamenda ha declarado, en su carta pastoral, que la posición es clara, la Iglesia jamás paga rescates. El ultimátum lanzado por el arzobispo dice que si no el sacerdote no es liberado, se ordenará el cierre de todas las parroquias, las escuelas e instituciones católicas del decanato de Ndop, la parte norte de la diócesis, donde ha tenido lugar el secuestro. Puesto que ni el propio arzobispo ni los cristianos a los que sirven no pueden garantizar la seguridad de los sacerdotes y del personal religioso en el decanato, se retirará el Santísimo Sacramento de todas las iglesias, capillas y oratorios, dejando cada sagrario con las puertas abiertas.

Mons. Nkea denuncia la frecuencia, en la archidiócesis de Bamenda, de los secuestros del personal religioso y misionero, y que numerosos civiles son igualmente secuestrados, y sufren torturas y violencias. Llama a las fuerzas militares a mantener la ley y el orden y a asegurar la seguridad de la población, pidiéndoles que sean profesionales y éticas en sus relaciones con la población y a no explotarla pidiéndoles dinero. “Pido a todos los actores de esta crisis”, concluye la carta pastoral, “que hagan todo lo que esté en su poder por dialogar y poner fin a esta crisis. Las poblaciones de las regiones del Noroeste y el Suroeste han sufrido ya bastante y merecen tener una vida pacífica y llevar adelante sus actividades en paz”. Al ordenar el cierre de sus instituciones, se está enviando un mensaje contundente sobre la anarquía reinante en esta zona de Camerún y pone de relieve la urgente necesidad de una solución política y de seguridad duradera para evitar el colapso total de la vida social en el noroeste del país.

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